Título: Omega 666. El planeta gris
Autor: Juan Luis Gallardo
Editorial: Vórtice
Contratapa:
Por lo pronto, la paz reinaba en el planeta desde hacía mucho tiempo, alterada apenas por conflictos esporádicos y circunscriptos, que los gendarmes de la Gran Coalición del Norte (GCN) se encargaban de sofocar violenta y rápidamente. En cuanto a dicha Coalición, imponía su hegemonía indiscutida luego del triunfo aplastante obtenido sobre las naciones islámicas en la última guerra de que se tenía memoria (...). El poderío de los países industrializados quedó sólidamente afianzado, al concluir las acciones correspondientes a esa que dio en llamarse “La guerra de los Preservativos”.
El panorama religioso había cambiado asimismo de manera notable. Ya que diversas razones determinaron que la GCN procurara con decisión ese cambio. Al menos tres de ellas, se precisó consignar. La primera se refería al carácter personal de la relación entre la divinidad y cada alma. Pues el concepto mismo de persona se avenía mal con el sesgo gregario que caracterizaba al “modelo social” propuesto por el nuevo ordenamiento planetario. La segunda tuvo que ver con el idioma impuesto al mundo —el “anglopapiaranto”, mezcla de inglés, papiamento y esperanto— que algunas confesiones no se avinieron a adoptar en la liturgia de sus cultos. En cuanto a la tercera razón, consistió en la terca resistencia opuesta por la Iglesia Católica a la legalización del aborto, a la imposición de la esterilización y, en general, a las campañas emprendidas en pos de lograr una “tasa cero” respecto a nacimientos (...). Fruto de dicha ojeriza fue la fundación de la Iglesia Sincrética Universal (ISU), nacida al calor del orden establecido.
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Título: Omega 666. El planeta gris
Autor: Juan Luis Gallardo
Editorial: Vórtice
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Por lo pronto, la paz reinaba en el planeta desde hacía mucho tiempo, alterada apenas por conflictos esporádicos y circunscriptos, que los gendarmes de la Gran Coalición del Norte (GCN) se encargaban de sofocar violenta y rápidamente. En cuanto a dicha Coalición, imponía su hegemonía indiscutida luego del triunfo aplastante obtenido sobre las naciones islámicas en la última guerra de que se tenía memoria (...). El poderío de los países industrializados quedó sólidamente afianzado, al concluir las acciones correspondientes a esa que dio en llamarse “La guerra de los Preservativos”.
El panorama religioso había cambiado asimismo de manera notable. Ya que diversas razones determinaron que la GCN procurara con decisión ese cambio. Al menos tres de ellas, se precisó consignar. La primera se refería al carácter personal de la relación entre la divinidad y cada alma. Pues el concepto mismo de persona se avenía mal con el sesgo gregario que caracterizaba al “modelo social” propuesto por el nuevo ordenamiento planetario. La segunda tuvo que ver con el idioma impuesto al mundo —el “anglopapiaranto”, mezcla de inglés, papiamento y esperanto— que algunas confesiones no se avinieron a adoptar en la liturgia de sus cultos. En cuanto a la tercera razón, consistió en la terca resistencia opuesta por la Iglesia Católica a la legalización del aborto, a la imposición de la esterilización y, en general, a las campañas emprendidas en pos de lograr una “tasa cero” respecto a nacimientos (...). Fruto de dicha ojeriza fue la fundación de la Iglesia Sincrética Universal (ISU), nacida al calor del orden establecido.
